martes, 23 de febrero de 2010

Esperanzas

Cuando era pequeña todos los días al despertar recuerdo que entre las cortinas de cretona se colaba un rayo de luz, cruzaba la habitación de lado a lado y se estrellaba contra la pared en la que yo apoyaba mi cabeza para poder ver la ventana. Entonces estiraba el brazo interponiendo mi mano entre el rayo y la pared en un vano intento de atrapar esa luz entre mis dedos y entre esos mismos dedos la luz siempre se me escapaba.
He oído a mi madre contar que ella cuando era una niña, intentó muchas veces asar nieve en un horno de leña en el pueblo donde la llevaron para escapar de la guerra y un día abandonó porque al abrir la puerta del horno la nieve nunca estaba, abandonó porque la nieve desaparecía como por arte de magia, abandonó porque todos se reían de ella pero nadie le explicaba...abandonó y se hizo mayor. Yo en cambio nunca pensé en abandonar, en realidad hace tiempo que aprendí que si dejo la mano quieta sobre la almohada el rayo llega y se posa sobre mi y si tengo tiempo espero un poco mas y entonces la luz se acerca sigilosa y me besa en la cara.





La palabra "espera" procede del termino esperanza y si sabes esperar hasta las cosas mas "imposibles" pueden hacerse realidad.

6 comentarios:

Alberto dijo...

Esta prosa destila TERNURA por los cuatro costados...Helena ¿Nunca has pensado en escribir algo en serio? La historia de tu madre es conmovedora...la puedes dilatar...Todo un encanto..rebosante de dulzura..mi enhorabuena. Helena Un abrazo SE FELIZ

tia elsa dijo...

Es bonito no perder la esperanza, mantener el alma de niño. Besos tía Elsa.

Sandra dijo...

Tenés una silla a mano?? Digo, por si tu espera se hace larga..............
buen finde ;)

Nebroa dijo...

No todo lo que esperas sucede. Aun moviéndote en esa dirección no tienes por qué encontrar el destino anhelado. Yo siempre quise creer lo contrario, y así lo hice, hasta que demasiados golpes sobre las mismas puertas me hicieron descartar esa idea y seguir caminando. No me gustó, pero es lo que encontré. Ahora le he cogido el gustillo a esperar algunas cosas y no esperar otras. Ahí estoy... Pero no todo lo que esperas viene a verte. Viene otra cosa, como el agua que esperaba a tu madre en el horno antes de evaporarse, pero el copo ya no estaba. Me entiendes, no? :)

Carlos dijo...

Precioso relato, escrito de manera estupenda. Me ha gustado. Y estoy de acuerdo si lo haces del modo correcto puedes coger el sol en tu mano y disfrutar de su beso en la boca, de su caricia en la espalda.
Si te atreves puedes llegar al país de los sueños...

http://unaderealidadpocohecha.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Qeu bonito....y que lindo empezar asi un sabado por la mañana, leyendo textos como los tuyos.
Un abrazo.