Esta noche con los ojos cerrados escuchando la respiración relajada del hombre que dormía a mi lado me preguntaba si el resto del mundo se ha enfrentado alguna vez a la tristeza que te invade después hacer el amor. Durante mi soliloquio "silencioso" me respondía que sí, que era imposible que me ocurriera solo a mí cuando Aristoteles ya hablaba de esa tristeza o por lo menos a él se le atribuye la máxima "post coitum triste". Así que es probable que la mayor parte de la humanidad haya experimentado ese estado de desolación y perdida que te inunda después de separarte del cuerpo de tu amante. También Beckett ponía en boca de su Winnie lo familiar que resultaba esta situación cuando la comparaba con la tristeza que te invade después de cantar. ¿Sera verdad que no somos seres completos, que necesitamos unir yin y yan para formar la perfección del circulo? y lo que es mucho mas dramático, ¿ sera verdad que existe ese ser humano que contra todo pronostico y lógica complementa a la perfección y sin fisuras tu esencia inmortal? Lo que mas me sorprende es no haberme dado cuenta hasta ahora, porque con mis otras parejas nunca sentí esa tristeza, espero que sepan perdonarme si alguno de ellos recala por estas letras, pero la verdad es que habiendo pasado por casi todas las formas convencionales de terminar un encuentro intimo, incluido aquel en el que los amantes se abrazan hasta que el sueño les libera y les separa, nunca sentí como si me faltase la mitad de mi carne, como si fuera separada a la fuerza de mi hermano siamés...y sin embargo desde que él llego a mi vida hace ya casi tres años, después de una noche de amor abandono mi cama por la mañana como si me faltasen los brazos o las piernas... o quizá sea solo una parte del alma lo que siento que me falta cada vez con mayor intensidad y me levanto con la extraña sensación de que soy polvo estelar y mientras me expando solo espero el momento de volverme a contraer.
sábado, 10 de abril de 2010
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12 comentarios:
Pero es así mi querida Helena! Y no creo que debas preocuparte por el pasado. Tal vez es bueno que quien forme parte de tu futuro y aún no lo sabe, lo sepa...
Un beso!
vaya...hoy si...
hoy si me has hecho llorar...
esto lo he vivido yo amiga...
muchas muchas veces....
y sabes que?
daria lo que no tengo por volver a sentir "esa tristeza" alguna vez mas en mi vida ....
porque de la otra..ya ando sobrada...
me das envidia cielo...envidia bena...
creo que eres afortunada....
y nosostros de conocerte a ti...
un abrazo preciosa...
SË FELIZ
No nunca me ha pasado, pero describes tan vívido lo que te sucede que ya estoy dudando....Besos tía Elsa.
qué bonito!!
esa tristeza forma parte de la felicidad, del estado puro del enamorado... me encantó!!
Un beso enorme!!!
Claro que lo he sentido... y lo peor es que muchas veces sigo llorando cuando lo recuerdo...
Besicos
La energía generada cuando dos amados se unen es tan absolutamente maravillosa, extensa, profunda, inigualable que supongo que es inevitable sentir un vacío cuando 'la mitad' se aleja. Puede ser natural...
Yo he sentido otras tristezas, después, antes y durante, pero no como la que describes. Nunca fue tan extremadamente hermoso como para que la lejanía, aunque sólo fuese de centímetros, me dejase como a medias... Tú me entiendes?
Eres grande! :)
Precioso, Helena!!
Yo soy un hombre común y desea publicar mis cartas, además de mi casa.
Yo no hablo español, pero voy a utilizar los recursos de traducción para la comunicación con usted.
Tengo poemas, cuentos y ensayos.
Le pido que lea uno, sólo uno.
Y si usted lee dice algo distinto, como quieras (sonrisa).
Un saludo y mis mejores deseos: Jefhcardoso
Helena, gracias por venir a mi blog. Estoy a la espera de su regreso. Gracias!
Jefhcardoso
No, no eres la única, muchos la han sentido, yo la he sentido muchas veces, y la has descrito perfectamente....
un beso wapisima
Enhorabuena Helena...por lo que cuentas creo que estas EN-AMOR-HADA y tu AMOR es correspondido felizmente. Un regalo Divino. SE FELIZ, Besitos
Hay que contraerse, claro que sí. Creo que lo que te pasa es completamente normal. Casi todo el mundo lo ha sentido alguna vez, HELENITA. Un beso y hasta pronto.
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