Día 7 , dos semanas ya desde que partí y en el horizonte solo veo agua. Subo al mástil en busca de esperanza y ...nada, solo agua alrededor. Hubiera jurado que ajuste bien el rumbo y el timón, hubiera jurado que este es el camino, entonces ...¿por que solo agua?. No quiero pensar aun en si me llegaran las provisiones para todo el viaje, si el agua potable sera suficiente, en si me fallaran las fuerzas o el entendimiento, no quiero pensar en si seré capaz de soportar esta soledad en el inmenso océano de los sentimientos. Durante el día es mas fácil, ¡hay tanto que hacer!, pero por la noche, en vez de pensar, cuento estrellas, leo libros, tomo clases de ingles por Internet, invento nombres que después pongo a las palomas de mi calle. En vez de pensar espero y subo al mástil, allí me siento a escuchar y a sentir el frió húmedo de la soledad marina . Me digo que antes otros recorrieron el camino y llegaron a puerto, exhaustos quizás, no lo sé pero llegaron. Me digo que no soy un naufrago, que soy un navegante que puede leer el lenguaje del universo. Lo he olvidado si, pero a fuerza de observar y de escuchar volveré a entenderlo, necesito de esta soledad, de este silencio para recuperar los códigos perdidos. He salido a encontrarlos y mientras tanto cuento estrellas ...una, dos, dos mil...