Fui por ella, quería escuchar la voz de Amy Winehouse. En el fondo de mí anidaba una pequeña duda ¿aparecería?...¡Y apareció!.
Si algo no se le puede negar a esta mujer es que es una profesional. Se tiene en pie lo justo para actuar, su enfermedad se hace visible en el cuerpo y casi diría que en el alma, solo hay que mirarla a los ojos. Ella llego con tacones de vértigo, canto y encanto, se fue sin despedirse y en mocasines blancos. Su banda ¡excepcional! estuvo pendiente de ella en todo momento y nosotros, el publico también. Amy consiguió destacar sobre el resto de los cantantes de esa noche, no importa lo que digan las criticas,no importa que se hagan apuestas sobre lo durara viva, no importa que algunos de sus seguidores solo quieran ver en ella un icono de excesos y ansiedades yo estaba allí, y vi una mujer frágil y enferma, vi una diva, vi una niña asustada que sale y canta con la mirada puesta en el infinito porque si mira a los miles de personas que la siguen su miedo sera mayor.
Amy cuidate, no nos dejes sin tu voz.
1 comentario:
Que mirada perdida tenia la pobre, y por la tele sono fatal!!!Me da pena que una voz tan buena se pierda por las drogas..
Un besote.
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