Creo que hoy el aire lleva esencia de amores y desamores. Desde que me levante esta mañana, no he hecho otra cosa que recibir y enviar mensajes con ese matiz, por mi parte lamento decir que la mayoría han sido confusos y contradictorios. Hace un rato he leído sobre el fenómeno Moccia en un blog amigo y me ha venido a la memoria el primer libro que leí de él, yo leo en italiano, porque si se puede, la versión original es la mejor .
Aquellas palabras que a veces me resultaban cursis y a veces terriblemente amigas, se me quedaron grabadas a fuego en la memoria. Recuerdo haber leido : "E l´amore ha le sue regole, bellissime e sempre diverse da come le avevi sognate" ( Y el amor tiene sus propias reglas, maravillosas y siempre distintas de como las habíamos soñado).
El amor tiene sus propias reglas y a nosotros solo nos queda entender el juego para poder seguirlas, y cada jugador tiene su propio estilo, agresivo o pasivo, vehemente o frió, pero todos somos amantes al fin, que desean llegar a la meta y obtener la recompensa de un amor bien merecido. Los mas felices serán siempre los que entregue su amor a una causa o a un dios, esos casi nunca te fallan, tendrán la vista siempre puesta en el final del camino. Los demás tendremos que ser invitados a jugar o entrar temerariamente en el tablero en busca de la gloria.
Sin embargo ¿Cuantas veces nos desmoralizamos al primer revés y abandonamos el juego que por otro lado hasta ese momento nos parecía divertido? y ¿cuantas veces a pesar de los reveses y perdidas seguimos obstinados en jugar, aunque todo este perdido y a la meta ya solo consiga llegar el cadáver del que murió de amor por el camino? ¿cuantas veces nos sentiremos abandonados en casillas esperando que otro desafortunado corra nuestra misma suerte? ¿dependerá de la pericia del jugador o del los dados que nos asigne el destino? Solo unos pocos afortunados, en cada tirada de dados encuentran la casilla apropiada, que les empuja e impulsa a disfrutar del juego y a llegar al final "li, dove il inamorati vivono, tre metri sopra il cielo" .
Es posible que esos afortunados sean los que mas lento recorren el tablero, pero es lógico porque el camino lo hacen de la mano de su amor o separado por muy pocas casillas, esperándose cada poco tiempo, disfrutando del camino. Otros como yo, perseguida o persiguiendo un amor esquivo, encontrando en contadas ocasiones remansos de felicidad, pero cayendo y levantandome de numerosas penalidades, ya sabemos desde hace tiempo que vivamos o no para contarlo, nunca dejaremos de intentarlo.